El ultimo dia de la gran fiesta “Shemini Atzeret”

En el último día, el más grande de la fiesta, Jesús se puso en pie, y alzando la voz, dijo: ¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!
 El que cree en mí, como dijo la Escritura, de su vientre° fluirán ríos de agua viva. (Juan 7:37 )

Cuando Dios creó al hombre y lo puso en el Jardín del Edén , el ardín del Edén era como el paraíso, el Cielo o el mundo por venir, conocido en hebreo como el olam haba. Sin embargo, el hombre pecó y, como resultado, tanto el hombre como la tierra perdieron su gloria y belleza original tal como habían sido creados. Por ello, Dios estableció un plan de 7,000 años para restaurar al hombre y la tierra a su estado original, con la gloria y la majestad del Jardín del Edén. El Mesías debía jugar un papel determinante en este proceso de redención. Después del siete viene el ocho. en lo que concierne a la cualidad de esa vida resucitada, 8 = 7+1, habla de algo más que lo perfecto. Si observamos el segundo período después del siete, entonces el número ocho expresa lo que es nuevo, en contraste con lo antiguo que fue ahora eliminado, indicando así que la serie anterior se completó. Se trata del sello del nuevo pacto, de la nueva creación.. En resumen, el número ocho es el número especialmente asociado con la «resurrección» y la «regeneración», y con el comienzo de una nueva era u orden. Es un número relacionado con la eternidad.

En hebreo el numero ocho se traduce ‘Shemoneh’ de la raíz ‘Shah’meyn’ engordar, cubrir de gordura, sobreabundar. Como participio significa «aquel que es rico en vigor». Como sustantivo indica «fertilidad sobreabundante», «aceite», etc.

Como el siete fue llamado así por el hecho de que el séptimo día es el de la conclusión o descanso; el ocho, como el octavo día, estaba por encima de este número perfecto, y fue el primero de un nuevo período. Representa así dos números en uno, el primero y el octavo. En lo que se refiere al primer período, representa la «resurrección», porque el antiguo orden de las cosas terminó, un nuevo número surge entonces para tipificar la vida salida de la muerte.

La fiesta de los Tabernáculos duraba ocho días. La fiesta propiamente dicha duraba siete días, pero a los siete fue agregado un octavo; y por la ley levítica ese día era siempre observado como un día de descanso. Esta fiesta es tipo del jubileo y descanso del milenio, cuando Cristo/Mesías reine sobre toda la tierra. Fue en el último día de la fiesta de los Tabernáculos que Jesús se levantó exclamando: «Si alguno tiene sed, venga a mí y beba». Este último día, el octavo,era como tipo, el gran día, pues en él dejaban las tiendas y regresaban a sus casas. De la misma forma, después del milenio, la gloria temporal será sustituida por la entrada en los nuevos cielos y la nueva tierra; y tendrá inicio el día eterno  en que el tabernáculo de Dios estará con los hombres, y Dios, en Cristo, será todo en todos.

En la fiesta de  “Shemini Atzeret”, el Musaf, el servicio adicional celebrado en ese día, inicia con una oración especial pidiendo lluvia. La razón de estas oraciones especiales tiene mucho sentido. La época de lluvia en Israel cae durante los meses de invierno y la vida y sustento de todo el país depende de la lluvia. Si cae lluvia en la época precisa y en la cantidad suficiente, el rico suelo producirá abundantes cultivos y frutos; de lo contrario, la nación entera está condenada al hambre y desolación. Durante los meses de verano, no hay lluvia; es la época seca. Durante estos meses sin lluvia, la tierra se secaría completamente, el suelo superior se convertiría en polvo y sería llevado por el viento y la tierra se convertiría en estéril desierto si no fuera por el rocío que se asienta en el suelo frío en las horas de la noche, empapando el suelo con su delicada humedad que conocemos como rocío y que brilla con los rayos de sol . De esta manera, la lluvia en el invierno y el rocío en el verano son de vital importancia para el sustento de la vida.

El numero ocho es un símbolo de vida eterna después  de un ciclo de siete,  Jesús es la torah/palabra/logos, manifestada en carne, y del que mana el agua  que necesitamos. Torah es un símbolo de agua, entonces El como Mesías cumple las Escrituras y nos riega con agua que salta en nuestro interior preparándonos para entrar en el día octavo es decir para la eternidad.

La trascendencia y el numero ocho.

Los números seis, siete y ocho. Génesis describe que Dios creó todo lo que existe en seis días y “descansó” en el séptimo. Dios no necesitó un cierto número de horas de labor que acumularon seis días de trabajo, ni tampoco precisó descansar a su término. El relato de Génesis nos enseña conceptos sobre la vida aludidos en los números seis y siete. El número seis representa el mundo físico que consiste de tres dimensiones y seis direcciones. El número siete representa la espiritualidad, la esencia y el objetivo del mundo físico.
Ahora bien, el número ocho, representa la dimensión que trasciende este mundo, o sea, más allá del ciclo de los siete días de la semana. Equivale al Mundo Venidero y al plano espiritual. ‘Ocho’ en hebreo es shemoná, que contiene las mismas letras de la palabra ‘alma’, neshamá.

 



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