Los doce Misterios Clase 6 “La fe”

“El MISTERIO DE LA FE”.

Pablo, en el Nuevo Testamento, habla acerca del misterio de la fe, el cual sólo  puede existir en una conciencia limpia. Se refiere con eso a algo que debe determinar toda la vida y los actos de un siervo, o discípulo de Cristo.La fe, resultado de conocimiento y experiencia, se convierte en un íntimo convencimiento que rige nuestro ser y nuestro actuar.

Cuando Pablo le dio instrucciones a Timoteo acerca de los requisitos para los supervisores y diáconos de la iglesia, habló sobre el misterio de la fe. El requisito es que los tales “guarden el misterio de la fe con limpia conciencia” (1 Timoteo 3:9). Aquí surge la pregunta: ¿A qué se refiere esto? ¿Se trata de un misterio? Fe en hebreo es “Emunah”. De la misma raíz proviene la tan conocida palabra “Amén”. “Emunah” aparece sólo doce veces en el Antiguo Testamento y el traductor judío Zunz la vierte únicamente una vez como “fe”, y es en el significativo texto: “mas el justo por su fe vivirá” (Habacuc 2:4).En la usual RV 1960 la palabra “fe” también aparece en Números 35:30 e Isaías 57:11. En el Nuevo Testamento aparece 250 veces.

Esta porción se vuelve a citar tres veces en el Nuevo Testamento para explicar el significado del prácticamente recién creado concepto de “fe”. La palabra “Emunah” se traduce otras veces como fidelidad, veracidad, confianza o conciencia, todas características que pertenecen a la fe y que están incluidas en esta palabra hebrea. *A diferencia del sustantivo “Emunah” para “fe”, el verbo “ma’amin” para “creer” por lo general también se traduce así al alemán; en algunos casos también como “confiar”. La porción más sobresaliente puede que  se encuentre en Números 14:11:

 “y Dios dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos?”

¿Qué motivaron estas fuertes palabras de Dios? El Señor estaba afligido porque su pueblo confió más en el negativo informe de los diez espías que en las tremendas experiencias que vivió en el pasado con Dios. Al fin y al cabo, sacó a los israelitas de la esclavitud en Egipto y los cruzó maravillosamente por el Mar Rojo y luego los liberó de todos los enemigos durante el éxodo a través del desierto, proveyéndoles alimento y agua. Este triste capítulo en la historia de Israel, nos muestra lo que significa en realidad la fe. La fe, resultado de conocimiento y experiencia se convierte en un íntimo convencimiento que rige nuestro ser y nuestro actuar. Solamente por eso la fe ya es un misterio. Pero aquí se trata de algo más, es decir, de la fe en Dios. Es posible engañar a las personas, pero no se puede engañar a Dios. El propio Moisés, siervo de Dios, había fracasado en este aspecto cuando por mandato de Dios debía hablarle a la peña para que de ella manara agua. Aquí reconocemos que fe también significa fidelidad. En vez de hablarle a la peña, Moisés airado la golpeó dos veces ante la rebelde congregación. En esto no fue fiel al mandato de Dios. La reacción divina demuestra cuán en serio se tomó Dios el acto de desobediencia:

 “Y Dios dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado” (Números 20:12).

De manera que cuando Pablo en el Nuevo Testamento habla acerca del misterio de la fe, el cual sólo  puede existir en una conciencia limpia, se refiere con eso a algo que debe determinar todo el ser y actuar de un siervo o discípulo de Cristo. Este misterio de la fe se fundamenta sobre las señales y prodigios que realizó Jesús, pero también sobre su mensaje del evangelio análogo a la fe, la cual Dios esperaba de Israel en base a los milagros y señales que Él había realizado entre ellos. A través del  Mesías Dios le demanda al hombre antes que nada el creer, para que luego por medio de la fe guarden sus mandamientos. Este es el orden que Dios puso. Por este motivo Jesús también le dio la prioridad a la fe prometiéndole entonces al creyente la vida eterna. En Juan 6:40 vemos un ejemplo:

  “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

De manera que realmente podemos decir: Hay un misterio inconmensurable en la fe en Jesús, abierto para todo aquel que cree en Él. En el capítulo 11 de la carta a los Hebreos encontramos una de las palabras más fuertes sobre la fe, allí se habla sobre los héroes de la fe del Antiguo Testamento. Que estas palabras nos sirvan de exhortación:

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le haz, que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:6)

Amalek  el enemigo de la fe.

Los pensamientos dañinos que acosan a la gente sirven para recordar la constante batalla con Amalek, el archienemigo de los judíos y cristianos. Letras finales de estas palabras forman la palabra AMaLeK. Los pensamientosde duda, malos y lascivos representan al Amalek interior . Amalek alude también a las dudas y a la confusión. Esto puede verse en el valor de la palabra Safek (duda), que es 240, el mismo valor de la palabra Amalek. Igual que Amalek, las dudas atacan a la persona de manera furtiva. Incluso antes que podamos darnos cuenta que estamos bajo asedio, nos vemos dominados por emociones y pensamientos conflictivos. Es por lo tanto un mandamiento Bíblico el recordar a Amalek, es decir, ser conscientes de él y de su comportamiento furtivo y presentarle una constante.Las serpientes y los escorpiones.

He aquí, os doy potestad de hollar° serpientes y escorpiones° y el poder del enemigo, y nada os dañará. ( Lucas 10:9).

Las “serpientes y escorpiones” son los pensamientos y las dudas que confunden a la persona cuando desea profundizar en Dios. Pero si persiste en su deseo de encontrar a Dios, estos mismos pensamientos la ayudarán; y entonces hallará un enorme bien cada día, cada persona tiene la capacidad de inclinar sus pensamientos hacia la dirección que desee. Incluso cuando sus pensamientos se desvían, aun así tiene el poder de refrenarlos y hacerlos volver hacia el sendero correcto.

Cuando Jesús el Mesías habla de serpientes y escorpiones esta hablando de dos tipos de venenos. El veneno de la serpiente es un veneno “caliente” que te conduce y incita a hacer malas acciones, dejando tu confianza en Dios a un lado. El veneno del escorpión es “frio” y te paraliza dejándote inmerso y paralizado en un mar de dudas. Pero por medio de la fe en el Mesías  tenemos la potestad de andar por encima “hollar”  de estos enemigos.

Fe implica más que una mera creencia intelectual en la existencia de Dios. Es primero, y por sobre todas las cosas, una aceptación de nuestras propias limitaciones, dentro de un universo que nos confronta con misterios que no podemos desentrañar. Fe se funda en ese sentimiento intuitivo más profundo que nos dice que hay algo grande y maravilloso respecto de la vida. Fe es la aceptación de la palabra de Dios, sin pedir pruebas. Es una afirmación de Dios y de la voluntad de alcanzarlo en todos los niveles de nuestro ser: en nuestros pensamientos, sentimientos, palabras y acciones.

La fe no es una cuestión de creer que Dios existe o deja de existir, en las escrituras no se pone esto en cuestión e incluso se relata que demonios y paganos creen en la existencia de Dios, es una cuestión de confianza en El. Tener confianza en Dios no es equivalente a tener fe en que seguramente conseguiremos lo que anhelamos y nuestros deseos serán cumplidos, sino creer en que todo lo que Dios hace es para bien, porque Dios desea nuestro bien.

 



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