La palabra hebrea Mashíaj (Mesías) significa “el que ha sido ungido”. El acto de ungir con óleo es
una ceremonia ritual destinada a ensalzar a los destinados al sacerdocio al tronoe incluso a veces a la profecía como en el caso del Profeta Eliseo.
En el judaísmo, el ungido es una figura redentora con características de sacerdote y de
monarca, capaz de cambiar la naturaleza del mundo por voluntad de Dios:
El lobo vivirá con el cordero, el leopardo se echará con el cabrito, y juntos andarán el ternero y el
cachorro de león, y un niño pequeño los guiará. La vaca pastará con la osa, sus crías se echarán juntas,
y el león comerá paja como el buey. Jugará el niño de pecho junto a la cueva de la cobra, y el recién
destetado meterá la mano en el nido de la víbora. No harán ningún daño ni estrago en todo mi monte
santo, porque rebosará la tierra con el conocimiento del Señor como rebosa el mar con las aguas.
(Isaías 11:6-9).
En la doctrina cristiana se identifica a Jesús como Mesías y lleva el nombre de Cristo o Jesucristo. En
griego, la palabra Xristos (pronunciada “Jristos”) significa “ungido”. En el Nuevo Testamento Jesús es
nombrado Cristo varias veces; a título de ejemplo el Evangelio según Marcos comienza así: “Comienzo
del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios” (Marcos 1:1). En el Evangelio según Mateo, Pedro identifica
a Jesús como al Ungido e Hijo de Dios: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (Mateo 16:16). Por
esta declaración se establece la creencia en la esencia divina de Jesús. Y en el Evangelio según Marcos,
Jesús admite ser el Mesías ante el Sumo Sacerdote: “… ¿Eres el Cristo, el Hijo del Dios? – le preguntó de
nuevo el sumo sacerdote. – Sí, yo soy – dijo Jesús… “(Marcos 14:61-62).
Es interesante que en Juan 3:14 Jesús menciona las escrituras la serpiente que seria levantada como el hijo del hombre para salvacion como ocurrio en el desierto que todo el que miraba la serpiente vivivria.El Mesías es la única alma que puede vencer, matar y al final revivir a la serpiente primordial (para transformarla en bien).Este es el secreto de la ecuación numérica: Mesías – mashiaj – (358) = serpiente – najash (358).
El valor numérico de la palabra escorpión, akrav (372) es igual al valor numérico de la palabra Mesías – mashíaj (358, najash) más David, (14) de quien provendrá el Mesías. También es interesante señalar que la letra nun es la número catorce del abecedario, coincidente con el valor numérico de David. Las letras que conforman la raíz de la palabra jeshvan (jet, shin, nun) se permutan para formar la palabra serpiente, najash (en jeshvan, la nun está “estirada” y en najash está “doblada”).
El escorpión es el miembro más mortífero de la categoría general de criaturas venenosas, cuya figura arquetípica es la serpiente primordial del Edén. La palabra akrav deriva de akev -talón- como está dicho: “y tu [la serpiente] lo morderás [al hombre] en el talón” (Génesis 3:15). Por eso el akrav simboliza la “mordedura” perfecta de la serpiente en el talón del hombre. En pocas palabras, el escorpión representa la caída.
En general, el veneno de la serpiente es caliente, mientras que la del escorpión es frío. El alma del Mesías y su estado permanentemente de consciencia, manifiesta la rectificación definitiva del calor, ardiendo solamente en su amor por Dios, y también del frío, el frío absoluto a las falsas vanidades de este mundo.
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