
por Slovie Jungreis-Wolff fuente Aish Latino
Cuando el sonido del shofar en Rosh Hashaná llene el aire, cierra tus ojos y contempla. Aquà tienes tres meditaciones prácticas para reflexionar mientras escuchas el shofar:
1. Deja ir tu ego
Enfócate en la forma del shofar. No es perfecto, sino que es curvo y doblado. Todos tenemos nuestros defectos. Es hora de dejar de obsesionarse con las faltas de los demás, despreciar sus errores, o hacer que se sientan más pequeños mientras eso te hace sentir más grande.
Comienza con esta meditación: Trabajaré en desarrollar mi paciencia, abriré mi corazón a aquellos que piensan diferente, lucen diferente o que parecen no tener nada en común conmigo. Dejaré ir mi egoÃsmo, mi vida centrada en mà mismo, mi actitud arrogante. Un nuevo año trae nuevas oportunidades para recrearme. Quizás ha habido momentos en los que me he aferrado a mi forma de pensar, cuando he lastimado a otros siendo crÃtico y condescendiente.
Hoy comienzo de nuevo. Sé que mi compasión puede llenar el mundo de bondad. Un poco de luz puede disipar la oscuridad. Haré espacio para los demás. Reconoceré que mi éxito es una bendición y mi fracaso una oportunidad para superarme. No se trata de mÃ. En cambio, se trata de lo que puedo hacer para mejorar este universo porque por algo existo.
2. Tengo vida para dar
Cuando Adam, el primer hombre, fue creado, Dios sopló Su aliento de vida en él. Este aliento de vida se llama alma. En hebreo, la palabra para ‘alma’ (neshamá) comparte la misma raÃz que la palabra ‘aliento’ (neshimá). Tú soplas el shofar, tomando ese aliento dado por Dios, y ahora lo devuelves. Escucha el sonido que creas. Esta es tu fuerza vital, tu potencial para generar tu música única en este mundo.
Cada persona es un instrumento exclusivo, capaz de traer otra melodÃa distinta a la vida. Cuando descubres tu misión individual, das vida a tu música singular. Juntos, todos nuestros sonidos individuales crean la armonÃa más hermosa.
Cuando escuchas los sonidos del shofar, respira. Concéntrate en cada uno de tus alientos y exhala. Este es tu aliento sagrado, la parte de ti que tiene el potencial de vivir una vida llena de sentido. Ruegas por la vida. Pero no solo cualquier vida llena de dÃas vacÃos, de sonambulismo, carente de significado y propósito. Buscas una vida real que se conecte con la música interna de tu alma que espera ser liberada. Tienes mucha vida que dar.
3. Sana mi corazón roto
Los sonidos del shofar reflejan la historia de nuestras vidas. Comienza con tekiá, un sonido completo. Entras en este mundo suavemente y completo, con esperanzas y sueños. El mundo te espera.
Luego viene el sonido llamado shevarim, que consiste en tres ráfagas cortas. En hebreo, shevarim significa ‘quebrantamiento’. En ocasiones en la vida, te encontrarás quebrantado. La vida es dura, tu corazón se rompe. Sueños y visiones son aplastados.
Luego viene el sonido teruá; nueve ráfagas agudas y entrecortadas. Cierra los ojos. Estos sonidos son tus sollozos y llantos agudos. No tienes palabras para describir tu dolor. La herida es tan profunda. ¿Cómo saldrás de este vacÃo que ha succionado la alegrÃa de tu vida?
Y concluimos con tekiá gedolá, una larga ráfaga completa. Este es el momento en que encuentras sanación. Recuerda, no hay nada tan completo como un corazón roto. Cuando te permites ser vulnerable, anhelas una conexión espiritual, te envuelves con el poder de Rosh Hashaná, viajas de la restricción a la amplitud, del quebrantamiento a la integridad, de la oscuridad a la luz. Los penetrantes sonidos del shofar restauran tu cansado ser.
En este Rosh Hashaná, tómate un momento mientras escuchas los sonidos del shofar. Observa su forma. Escucha su sonido. Cierra los ojos y enfoca tu mente. Medita sobre tu propósito y misión. Busca sanación. Reflexiona sobre tu vida.
Deseándote un año lleno de paz, alegrÃa y bendición.
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