La nueva inquisición y la Iglesia de la Climatología

Las olas de calor no es algo de ahora.Si recurrimos a la historia sabemos que hace unos dos mil años, los romanos tuvieron unos los veranos que fueron especialmente cálidos. Esto lo sabemos gracias a los textos, por ejemplo, Teofrasto decía que se podían plantar palmeras en Grecia, pero que estas no llegaban a dar frutos. De la misma formal, Plinio el Viejo observó que las hayas, que solo crecían a bajas latitudes, ya se habían convertido en árboles de montaña.

Periodo Medieval.

El período cálido medieval fue un periodo extraordinariamente caluroso alrededor de 900-1300 d. C., durante el Medievo europeo. La investigación inicial del Óptimo Climático Medieval y de la posterior Pequeña Edad de Hielo se realizó principalmente en Europa, donde el fenómeno fue muy obvio y claramente documentado.

Inicialmente se creyó que los cambios de temperatura eran globales. Sin embargo, esta visión se ha cuestionado; el informe del IPCC en 2001 se resume diciendo: La evidencia actual no apoya períodos globalmente sincronizados de frío anómalo o calor moderado, y los términos Pequeña Edad de Hielo y Óptimo Climático Medieval parecen tener una limitada utilidad como descripción de tendencias de cambios en la temperatura media global o de hemisferios en siglos pasados».​ Los registros de temperaturas globales obtenidos a partir de bloques de hielo, anillos de árboles y depósitos lacustres demuestran que, globalmente, la Tierra puede haber tenido una temperatura ligeramente más fría (unos 0,03 grados Celsius) durante el Periodo Cálido Medieval que a principio y mitad del siglo XX.4​ Crowley y Lowery observan que «no hay documentación suficiente de su existencia en el hemisferio austral».

Los paleoclimatólogos, que desarrollan reconstrucciones regionales del clima en siglos anteriores, etiquetan el intervalo más frío como Pequeña Edad de Hielo y el intervalo más caluroso como el Óptimo Climático Medieval. Otros siguen la convención, y cuando un suceso significativo del clima se encuentra en los periodos de la Pequeña Edad de Hielo o del «óptimo climático medieval», asocian sus eventos al período. Algunos sucesos del Óptimo Climático Medieval son eventos lluviosos o eventos fríos en lugar de los eventos estrictamente calurosos, particularmente en la región Antártica central, donde se han observado patrones climáticos opuestos a los del Atlántico Norte.

El período cálido medieval coincide parcialmente con el máximo en la actividad del Sol (ver variación solar), denominado Máximo Medieval (1100-1250).

Te dejo este interesante comentario:

Autor Antonio Gil-Terrón Puchades

Antonio Gil-Terrón Puchades (Valencia 1954), poeta, articulista, y ensayista. En la década de los 90 fue columnista de opinión del diario LEVANTE, el periódico LAS PROVINCIAS, y crítico literario de la revista NIGHT. En 1994 le fue concedido el 1º Premio Nacional de Prensa Escrita “Círculo Ahumada”. Ha sido presidente durante más de diez años de la emisora “Inter Valencia Radio 97.7 FM”, y del grupo multimedia de la revista Economía 3. Tiene publicados ocho libros, y ha colaborado en seis. Actualmente escribe en Periodista Digital.

Al calor de las nuevas religiones de la New Age

Periodista Digital

Greta Thumberg, La nueva inquisición y la Iglesia de la Climatología

Dice el autor:

Me gusta, y mucho, que en la Civilización Occidental, la nuestra, construida sobre los valores de la tradición judeocristiana, haya podido librarse del fanatismo religioso de antaño, pero sin renunciar a sus valores fundacionales.

Sin embargo, al calor de las nuevas religiones de la New Age,  entre las que destaca la Iglesia de la Climatología, los fanáticos siguen fermentando entre nosotros, emponzoñando la convivencia diaria con su odio e intolerancia hacia todos aquellos que no piensan igual que ellos. Y no es que critique los valores de esas nuevas religiones ´políticamente correctas´; no.

Lo que critico es la histeria, el fanatismo y la intolerancia inquisitorial, de todos aquellos que por un lado están pidiendo respeto por sus creencias e ideales, mientras que por otro se dedican a odiar, perseguir y atacar con saña, a todos aquellos que piensan diferente o, simplemente, no comparten su enardecida pasión por la ideología de género, o sus credos y dogmas de fe sobre el cambio climático, o las vacunas milagrosas. A los díscolos con la doctrina oficial, antes les llamaban ´herejes´, ahora, ´negacionistas´.

Los inquisidores de antaño ya no se encuentran dentro de  las diferentes iglesias cristianas; afortunadamente. Los inquisidores se hallan dentro de esas nuevas religiones ´políticamente correctas´, que encuentran en la Agenda 2030, sus dogmas de fe; su credo y su catecismo.



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