Recordar el futuro

El paso del tiempo es un problema que martillea a la física y a sus practicantes.  Todos tenemos una intuición sobre el paso del tiempo, crecemos, cambiamos, nos movemos, etc.  El tiempo fluye, signifique eso lo que signifique.  ¿Por qué siempre fluye en la misma dirección?

Las leyes fundamentales de la física son simétricas con respecto al tiempo: en la mecánica clásica newtoniana el tiempo es reversible, y en la relatividad general es tan sólo una coordenada más al igual que las del espacio. Dadas pues las posiciones y velocidades de un sistema clásico de partículas que interactúan el pasado y el futuro pueden en principio ser calculados completamente a partir de las leyes de la física. Por tanto las predicciones del futuro son tan precisas como las posiciones del pasado o, dicho de otra manera, son igualmente conocibles basándonos en el presente.

El cerebro utiliza las mismas áreas para imaginar el futuro que para reconstruir el pasado, además las personas con enfermedades en la memoria tienen fallos semejantes en ambas direcciones.

La profecía es un recuerdo del futuro, las festividades principales se establecen en un recuerdo del pasado pero también un recuerdo del futuro. En las festividades se destaca el elemento de que “lo que fue es lo que será”. La noche del pascua, la construcción de las cabañas en Sucot, no son sino evocaciones de un suceso que ocurrió en el pasado, al que el pueblo regresa y vive – aun simbólicamente- dentro de su presente. Estos días no son concebidos como meros días de recordación, sino como verdaderos “retornos a” – o repeticiones de los sucesos del pasado. Es más, ciertos acontecimientos son concebidos no solo como prototipos de lo que ocurriría más tarde, sino como verdaderas matrices. Un acontecimiento como la salida de Egipto constituye un proceso en desarrollo, que retorna y se repite en la historia, el ciclo del exilio y la redención , y aun en la vivencia espiritual del individuo. No solo que cada persona debe verse a sí misma como si hubiera salido de Egipto, sino que el molde espiritual de su vida es un sistema paralelo en el que él mismo atraviesa los procesos de esclavización y redención, esclavitud y liberación, la guerra de Amalek y la Entrega de la Torá.

No solo que cada persona debe verse a sí misma como si hubiera salido de Egipto, sino que el molde espiritual de su vida es un sistema paralelo en el que él mismo atraviesa los procesos de esclavización y redención, esclavitud y liberación, la guerra de Amalek y la revelecion de las escrituras.

Esto se ve reflejado, por ej, en ciertos usos de la lengua hebrea: “lo que fue”o “lo anterior” es lo que en hebreo se denomina “lefanim” (literalmente: a nuestra cara), mientras que respecto al futuro, dice el profeta Isaías (41-23): “haguidu et haotiot leajor- declarad las cosas que vendrán en lo sucesivo”, es decir, “digan lo que  vendrá en el futuro” utilizando el término “leajor”, que en hebreo refiere a lo que está atrás. Es un ejemplo de recuerdo del futuro.

En el enfoque cíclico de la realidad en el que “nada hay de nuevo bajo el sol”, existe otro enfoque: el de un mundo que marcha en una determinada dirección: la concepción de que el mundo entero transita por un sendero que se inicia con la Creación y tras un largo recorrido culmina con “el final de los días”, los tiempos mesiánicos. Diversas fuentes señalan que la redención futura no solo será diferente sino que será más grandiosa y maravillosa que la misma salida de Egipto, y que el mundo entero sufrirá de un cambio drástico en los tiempos veniderosEl mundo entero avanza, pues, hacia una finalidad, una meta,  algo nuevo, algo extraordinario como nunca antes hubo en el pasado.

Mientras tanto los físicos se hacen esta pregunta si se recuerda el pasado porque no se puede recordad el futuro………..



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