La ciencia nos dice que la energía puede expresarse en forma de onda o en forma de energía. La física cuántica nos explica cuál es el factor que hace que se comporte de una manera o de otra: el Observador.
Nuestros cerebros reciben billones de señales cada segundo, nosotros las organizamos en hologramas y los proyectamos fuera de nosotros, es lo que llamamos realidad.
Si esto es así, ¿cómo se explica que todos vivamos aparentemente en la misma realidad?, Nuestra realidad es la proyección de nuestras creencias, las cuales determinan la forma en que vemos el mundo y nuestro estado emocional, que, de la misma manera no hace más que reforzar nuestra percepción y nuestra realidad. Aunque aparentemente todos vivamos en la misma realidad, no todos lo hacemos en el mismo espacio /tiempo.
Algunos piensan que la mayoría de los seres humanos vivimos en apenas un uno por ciento de realidad, lo que llamaríamos realidad física o material. El resto seria el 99 por ciento de la realidad a la que llamaríamos espiritual, en la cual no somos conscientes. La parte del 99 por ciento seria una experiencia mística que nos acerca a Dios, en la que nuestra conciencia se une a la conciencia de Dios a la que llamamos Luz Divina,
Tenemos un ejemplo en 2 Reyes 6:17 de dos observadores muy diferentes:
15 Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué[a] haremos? 16 Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos. 17 Eliseo entonces oró, y dijo: Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el Señor abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo.
Aquí podemos ver al criado que solo ve apenas el 1 por ciento de la realidad, y esto produce toda clase de temores. El peligro es que nos volvemos adictos a esta realidad, Vivimos en un mundo gobernado y abrumado por la adicción. Adictos a las drogas, al alcohol, al sexo, a las percepciones de nosotros de otras personas, al falta de autoestima, a los negocios, a la comida chatarra, a la fama, a la celebridad, a la pereza, a la depresión, a nuestros miedos y a todo cuya gratificación sea temporal e inmediata.
En cambio Elíseo puede ver una realidad mas elevada, mas extensa, quizá mas real y mística, en definitiva un estado de conciencia mas elevado que permite que pueda ver todo un mundo espiritual.
Dos mundos, dos realidades diferentes.
En hebreo seria el “olam haze”. LLamamos a este Olam Haze mundo (literalmente “este mundo”) y el próximo mundo Olam Haba (literalmente, ‘El mundo por venir “) o lo que conocemos como eternidad. En ese versículo vemos un ejemplo:
“muy por encima de todo principado, autoridad, poder, dominio y de todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo (Olam Haze) sino también en el venidero (holam Haba)”. (Efesios 1:21)
Olam haze y Olam haba una enseñanza que Pablo como rabino y estudioso de las Escrituras conocía muy bien.
”Y no os adaptéis a este mundo,(Holam Haze) sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto” (Romanos 12:22)
La conciencia, un misterio difícil de explicar.
Nuestro ser está hecho de conciencia. Cuando ésta pone la atención en una posibilidad, ésta se manifiesta en un objeto. Dicho de otro modo, la realidad que percibimos es una proyección de nuestro estado de conciencia.
La palabra conciencia no es fácil de comprender, la conciencia es el problema más complejo al que se enfrenta la ciencia y la filosofía. Es una vivencia subjetiva que no podemos dejar de sentir, que con dificultad somos capaces de describir y en absoluto sabemos cómo explicar. La conciencia no es el intelecto ni inteligencia. Un asesino en serie puede ser brillante pero tiene el nivel de conciencia más bajo posible. Así que no tiene nada que ver con lo inteligente que uno es.
La conciencia se puede entender mejor de dos maneras. La primera se refiere a nuestro nivel de pureza en términos de interesarse por los demás y estar libre del egoísmo y del interés propio. Mientras menos egoístas seamos, mayor será nuestro nivel de conciencia.
Al final tendremos que pedir que Dios por medio del Mesías, pueda abrir nuestros ojos, nuestra consciencia a otra realidad mas profunda y elevada.
Mas allá de la física el consejo de Jesús es el siguiente:
“Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con COLIRIO, para que veas” Apocalipsis 3:18.
Pureza y un cambio en la percepción de nuestra conciencia. Sólo a través de un cambio interno para elegir ser desinteresado en vez de egoísta, podemos conectar a esta realidad infinita de conciencia. Cada ser humano aprovecha una parte de esta conciencia y depende de nosotros el traer a este mundo un aspecto específico y particular del paraíso es decir el mundo venidero que decia Pablo. A fin de cuentas todo depende del observador.
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