“en un instante, en un abrir y cerrar de ojos,° a la final trompeta (porque sonará la trompeta), y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados”. ( 1Corintios_15:52)
“En un abrir de ojos”, Intentemos comprender esto. La resurrección sera un (k´jéref ain,) en un abrir y cerrar de ojos, porque esa rapidez es necesaria para que un hecho continúe siendo espiritual. Las cosas naturales tienen su proceso pero las cosas espirituales, por grandes que parezcan son un parpadeo, en un “no tiempo”.
Muchas veces hablamos de hacer las cosas poco a poco pero las fuerzas espirituales que cada año operan en la época de Pésaj (Pascua) son de tal naturaleza que cualquier individuo podría alcanzar lo imposible si las utilizara. Un intento por avanzar, por alcanzar un nuevo nivel de sensibilidad, de desarrollo personal, podría tener un cierto grado de éxito en Pésaj que sería mucho más difícil de alcanzar en cualquier otro momento.
Hay una asistencia divina especial en esta época que hace posible la adquisición de muchos niveles de desarrollo en un solo salto; en circunstancias normales, dichos niveles tendrían que ser adquiridos con mucho esfuerzo y gradualmente. La palabra “Pésaj” misma significa “salto”; en un sentido profundo connota saltar a niveles de crecimiento que normalmente sólo podrían ser alcanzados uno por uno.
Jametz (levadura) y Matzá (masa pura de harina).
El problema con permanecer más tiempo en la presión espiritual de Egipto/Mundo como sus efectos e influencias contaminantes de su impureza, ese peligro ya había cesado desde que el Creador del Universo envió a Moisés para que el Faraón dejara libre a su pueblo. El Seder de Pesaj fue tomado en el mismo Egipto y la sangre del Cordero había sido esparcida en los dinteles de las puertas en Egipto. El verdadero problema en permanecer más tiempo en Egipto hubiera sido el tiempo mismo. Intentemos comprender esto. La redención tenía que ocurrir (k´jéref ain,) en un parpadeo, si se hace “poco a poco puede llegar a ser algo natural, los milagros no están en el tiempo natural, ya que entonces pueden que no sean milagros.
Si Israel hubiera dejado Egipto lentamente, de un modo relajado, hubiéramos sido un pueblo natural, el instante de la redención tenía que ser trascendido porque “todo sigue al comienzo”, es decir, que nos convertimos y seguimos siendo un pueblo espiritual porque nuestro comienzo fue espiritual. El instante en que nos constituimos como espirituales tuvo lugar en el tiempo absolutamente mínimo, y desde entonces hemos vivido en ese borde del universo físico que se conecta con lo trascendente, lo Divino. El terrible peligro de permanecer más tiempo en Egipto hubiera sido el tiempo mismo; ésa es la impureza a la que se hace referencia aquí, la impureza de una nación destinada a la espiritualidad al convertirse en algo meramente físico, natural.
El terrible peligro de permanecer más tiempo en Egipto es el tiempo mismo; ésa es la impureza a la que se hace referencia aquí, la impureza de una nación destinada a la espiritualidad al convertirse en algo meramente físico, natural.
Este es el secreto de Pésaj: deslizarse sobre la ola del tiempo mínimo. Sobreponerse al tiempo. Abandonamos Egipto demasiado rápido para que lo natural tuviera efecto. Demasiado rápido para caer en el peligro de frenarnos a causa de la fricción con el mundo natural. Demasiado rápido para frenar nuestro avance en lo material y lo finito. Demasiado rápido para que la masa fermentase, para que el alimento que sustenta nuestras vidas se inflase en la dimensión hinchada
Un pueblo que está apenas dentro de lo físico, nutrido por un alimento que no es más que la suma de sus ingredientes.
Miermos mas profundo: ¿qué es la matzá, uno de las mandamientos principales de Pésaj? ¿Cuál es la diferencia entre el jametz (levadura) y la matzá? El tiempo solamente. No hay diferencia en los ingredientes, sólo una diferencia en el tiempo. Harina y agua horneados dentro de un mínimo de tiempo se convierte en matzá. Un segundo más de retraso en ese mínimo de tiempo produce jametz.
El problema de ser un pueblo natural pasado de tiempo y convertido en jametz y los agentes que causan la fermentación simbolizan el orgullo y la altanería; por eso podemos llegar a creer que todo lo que hemos conseguido es por nuestras propias fuerzas y habilidades.La demora de una reducida cantidad de tiempo lo que puede hacer que la masa se convierta en jametz (una fracción de tiempo en el que la persona no hace nada 18 minutos tarda en fermentarse la matza). A ello aluden las mismas palabras en hebreo: matzá se escribe con las letras mem, tzadik, hei. Si agregamos una pequeña línea a la hei, ésta se convierte en una jet, y las letras forman entonces la palabra jametz . Ello nos indica la profundidad lengua hebrea, donde las palabras y letras no son meras combinaciones circunstanciales sino resultan de la sabiduría del Creador. Cada palabra y letra en hebreo, e incluso su forma misma y el orden en que se disponen, encierra un significado muy profundo acerca de la raíz espiritual de donde proviene. Podemos llegar a comprender algunos de ellos, pero para entenderlos todos debemos esperar al día en que toda la tierra se llenará del conocimiento de Dios (Isaías 11:9).
El jametz (levadura) simboliza la inclinación al mal ; por lo tanto, la búsqueda del jametz y su eliminación representa la lucha del hombre por vencer esta inclinación. El jametz es más sabroso que la matzá, es de apariencia más agradable y de mayor tamaño. Ello también es cierto respecto de la “mala inclinación” que arrastra a la persona hacia los placeres mundanos, los hace más atractivos a sus ojos, y que parezcan más importantes de lo que realmente son. Este es el jametz que el hombre debe eliminar por completo.
Por definición, la matza hecha de harina y agua que se deja por más de 18 minutos antes de que este completamente horneada se convierte en jametz. La matzá al ser pan que no está fermentado, representa al hombre que controla sus pasiones ejercitando su independencia, su voluntad disciplinada, y no influenciada por fuerzas externas. La matzá es lo contrario al jametz.
Ahora entendemos algo de la profundidad espiritual implicada en esa última medianoche en Egipto. Dejamos Egipto/Mundo rápidamente, reduciendo el tiempo que tardamos en salir así manteniendo el poder de ese momento.
Mientras los primogénitos egipcios mueren, nosotros nacemos de nuevo por la Sangre del Mesías, esparcida en el dintel de nuestro corazón. Nacer de nuevo no de una forma natural sino espiritual. Somos justificados por su sangre en un parpadeo, rápidamente,y aunque ser justificados no nos hace justos, entonces entramos en el camino y en el proceso que nos lleva por el desierto a verdaderamente hacernos justos. Por eso el Justo cuando viene a su mano hacer algo para Dios o proviene de El no deja pasar el tiempo.
“No te maravilles de que te haya dicho: Os es necesario nacer de nuevo.
El espíritu° sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va, así es todo el que ha nacido del Espíritu”.
(Juan 3: 7 y 8)
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