Amalek News :Gandhi, la manipulación de la santidad

Mas alla del mito Gandhi  era un lobo disfrazado de cordero dispuesto a ofrecer una falsa humildad y santidad para alcanza sus objetivos. Gandhi era un manipulador de emociones, utilizando una falsa espiritualidad.

Es lo que tienen los ídolos de masas. Nunca se ha de olvidar que por muy buen músico que sea un músico, o magnífico escritor, profundo filósofo o solemne orador, esto no les convierte en mejores seres humanos. Son los hechos quienes definen a las personas, y no lo que promulgan. Y a veces ni siquiera las palabras de estos héroes de leyenda suscriben la naturaleza de su propio mito.

Pervertido y pederastra

Mahatma Gandhi no fue puesto en duda hasta hace unos años, cuando comenzaron tomar protagonismo cartas y declaraciones relativamente ocultas durante décadas. Y cuando los medios tiran de la manta, parece que comienzan a cojear esas biografías perfectas de bolsillo donde se leen lindezas como “absoluta modestia”, “genialidad tardía”, “líder espiritual” o “ejemplo de amor desinteresado”. Esas biografías que hablan de Gandhi como un hombre pobre y humilde, y obvian que era hijo del mandamás de su ciudad; que la familia le pagó -porque podía- un costosísimo viaje a Inglaterra, y los estudios en una de las cuatro asociaciones más prestigiosas e influyentes de toda Gran Bretaña.  Esconden bajo el título de ‘asceta’ la repentina falta de interés en cohabitar con su esposa (después de haber mostrado una frenética actividad sexual durante años que le impidió asistir a la muerte de su propio padre), cuando en la realidad se enamoró de un hombre, y por ello abandonó extraoficialmente a su mujer, aunque luego volviera con ella.

Se le presenta como una persona capaz de llegar a la más absoluta espiritualidad y autocontrol porque compartía cama, a propósito, con preadolescentes y no consumaba con ellas.  Lo terrible es que las metía en su lecho, desnudas, se frotaba con ellas y las acariciaba en sus zonas erógenas. Y aunque efectivamente no llegaba a desvirgarlas, en casi cualquier otro personaje histórico esta forma de actuar se hubiera considerado pederastia, muy lejos de ese acercamiento al conocimiento divino con el que excusaba estas acciones.

Racista y Facista

Se ha justificado siempre el apoyo de Gandhi a Hitler y a Mussolini por considerarlos a ambos enemigos del imperialismo, pero más allá de su visita a Mussolini en Roma —donde expresó su admiración por el dictador italiano y fue el invitado de honor en el desfile de las Juventudes Fascistas— o de su carta a Hitler donde se despide como “Su sincero amigo” o en las que lo aclamaba y rechazaba tanto el imperialismo británico como el sionismo, Gandhi demostró ser un tipo que tenía muy interiorizados los pilares del nazismo y el fascismo.

Por encima de todo, era tremendamente racista: consideraba a los africanos como pueblos inferiores y de hecho ese fue el motivo por el que inició su lucha por acabar con la discriminación a los indios en Sudáfrica durante la primera década del siglo XX, para no ser equiparados con una raza a la que consideraba inferior. Él creía que los indios eran igual de superiores al resto de razas, al descender todos de la raza aria y por lo tanto ser parte de la misma hermandad racial.

El concepto de “santidad civil” no es nuevo, cabe rastrear sus precedentes en la tradición heterodoxa occidental: basta recordar el “santoral científico” de la Iglesia Positivista de Augusto Comte (1798-1857). La funcionalidad del mismo consiste en apropiarse de todo el prestigio de la “santidad”, sin que ésta sea santidad en un sentido estricto, verdaderamente dicha. El mismo Jodorowsky lo dice en su libro “Psicomagia”:

 “El santo civil sería quien imita la santidad desde estas posiciones. Nadie es en realidad santo, sino que imita la santidad”.

Con la “santidad civil”, enunciada por Jodorowsky, tendríamos una imitación de la “santidad”, un remedo de “santidad”, una falsa “santidad” que está al margen de la religión. El “santo civil” sería un filántropo (y, en los grados más avanzados, un ocultista). Y esto es algo más que una perversión de lenguaje, es una perversión conceptual inadmisible.

Santidad civil

La “santidad” verdadera, en recta doctrina cristiana, no puede nunca ser cosa de la voluntad de un individuo, sino que necesita, para ser realmente santidad, de la gracia del Mesias. Así lo dice Jesucristo y lo podemos leer en el Evangelio de Juan:

Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada” (Jn 15, 5).

De tal modo que, por mucho que se quiera, “separados” de Cristo nada podemos hacer. No hay, por lo tanto, santos en otras religiones (aunque pudiéramos descubrir en ellas a hombres piadosos y de buena voluntad). Pero, si en otras religiones no hay santos, todavía será menos probable que los pueda haber en una sociedad laicista. La “santidad civil” es una táctica para vulgarizar y manipular la “santidad”, disolviéndola en una sociedad confundida, plagada de falsa espiritualidad y herida de relativismo.</span

Amalek y la manipulación de la sociedad

Sin embargo, en la misma sociedad, merced a la influencia de grupos de poder y en algunos casos ocultos que permanecen en la sombra (y a través de los medios de comunicación de masas, en los centros de enseñanza, etcétera) se ha llegado a elevar a los “altares laicos” a determinados personajes históricos, como si fuesen una especie de “santos civiles” que, una vez erigidos, se convierten en incontestables, en iconos que han de ser “venerados” por toda la población del planeta, la humanidad (les gusta decir a las terminales del Nuevo Orden Mundial).

Todo el mundo tiene que alabar a esos iconos mundiales, aunque no se sepa de ellos nada más que tres o cuatro frases que figurarán como eslóganes. Uno de estos personajes es Mahatma Gandhi (1869-1948)

Fuentes:

 



Categorías:Articulos

2 respuestas


  1. Buen día estimado José!!!

    Me sorprendió mucho el video que has agregado al estudio de Gandhi. Sin entrar en la polémica de su certidumbre, si quisiera mencionar a la autora del mismo.
    Se trata de Rosalía Sanz. Estudió teología en la Gran Canaria, astrología y parapsicología en Barcelona. Se dedica a sanación espiritual, terapias de regresión y videncia.
    Esta currícula sin ningún lugar a duda es diametralmente opuesta a los estudios tuyos que tanto aprecio. Esta fuente de información y conocimiento es por su origen absolutamente inválida.

    He aprendido que siempre que escuchemos una opinión salgamos a confrontarla, con los medios disponibles, antes de tomarla por cierta y seguir difundiéndola.

    Fuerte abrazo. Dios te bendiga y prospere.
    Philip

    Philip Hausmann
    Director
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    • Tienes razón no es una fuente valida no me fije en quien era y procedo ha quitarla de el articulo, gracias por la obserbacion pero no sabia que era vidente y no pensé que alguien con ese historial estaría en contra del mito de Gandhi, pero de todas formas hay fuentes fiables sobre este asunto, Gracias y un saludo.

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