Es tan vital no olvidar el mal, que de los muchos de los mandamientos que tratan con la memoria, uno de los más enfáticos es el requerimiento de recordar a Amalec, quien trató de destruir a Israel cuando vagaba por el desierto.

El valor numérico de la palabra Amalec, 240, suma lo mismo que safek, que significa “duda”. Amalek tiene el poder de crear dudas sobre lo que es verdadero y real en este mundo, y sobre el involucramiento de Dios en el mundo.

Amalek representa el epítome del mal, la fuerza que busca destruir todo vestigio de Dios en el universo, incluyendo a los transportadores de las enseñanzas de Dios, judios y cristianos. Se nos ordena no olvidar esto nunca y batallar en contra de esto en toda generación (Éxodo 17:14-16; Deuteronomio 25:17). El espíritu de Amalec todavía vive, y fue ciertamente su espíritu el que le dio fuerza a los perpetradores del Holocausto, inquisidores, progoms, las matanzas comunistas y muchas fechorías mas a lo largo de la historia de la humanidad.

Está escrito sobre Amalec, “Recuerdo lo que Amalec hizo a Israel, cortándole el camino cuando subía de Egipto”. ¿Cuál es la razón por la que de todas las guerras que las naciones hicieron contra Israel, ninguna fue tan difícil para el Creador como esta guerra que Amalec libró con ellos? Ciertamente, la guerra de Amalec se libraba en todos los flancos, arriba y abajo, ya que en ese tiempo la serpiente maligna se había fortalecido arriba y abajo en este mundo.

Así como la serpiente maligna acecha en los cruces de caminos, Amalec también era como la serpiente maligna para Israel que les acechaba en los cruces de caminos, como está escrito, “Cortándole el camino cuando subía a Egipto”. Acechaba en lo alto también, para impurificar el Templo, y acechando abajo para impurificar a Israel, como está escrito:

“Recuerda lo que te hizo Amalec, cuando estabas de camino a tu salida de Egipto, cómo vino a tu encuentro en el camino”.

En cada generación y en diferentes formas se manifiesta Amalec el enemigo de Israel que se atrevió a intentar usurpar el Trono de Dios. Con formas como, Roma imperial, Inquisición, la Alemania nazi, musulmanes, comunismo y sus aliados, así como todos los antisemitas de corazón de la historia. No todos ellos del mismo linaje biológico aunque  Amalec son descendientes de Esav, pero tienen la misma raíz espiritual.

y dijo: Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Adonai, Adonai tendrá guerra con Amalec de generación en generación.

La guerra contra Amalec

8. Vinieron los amalecitas y atacaron a Israel en Refidim.9. Moisés dijo a Josué: “Elígete algunos hombres, y sal mañana a combatir contra Amalec. Yo me pondré en la cima del monte, con el cayado de Di-s en mi mano.”10. Josué cumplió las órdenes de Moisés, y salió a combatir contra Amalec. Mientras tanto, Moisés, Aarón y Jur subieron a la cima del monte.11. Y sucedió que, mientras Moisés tenía alzadas las manos, prevalecía Israel; pero cuando las bajaba, prevalecía Amalec.12. Se le cansaron las manos a Moisés, y entonces ellos tomaron una piedra y se la pusieron debajo; él se sentó sobre ella, mientras Aarón y Jur le sostenían las manos, uno a un lado y otro al otro. Y así resistieron sus manos hasta la puesta del sol.13. Josué derrotó a Amalec y a su pueblo a filo de espada.14. Adonai dijo Moisés: “Escribe esto en un libro para que sirva de recuerdo, y haz saber a Josué que yo borraré por completo la memoria de Amalec de debajo de los cielos.”15. Después edificó Moisés un altar, al que puso por nombre Adonai Nissí16. diciendo: “La bandera de Adonai en la mano; Adonai está en guerra con Amalec de generación en generación.”  (Éxodo 17: 8 al 15 version  – La Torah)

La idea pues es: cuando uno de ellos Israel y Amalec cae, el otro se levanta, Israel y Amalec no pueden estar en similar estado  al mismo tiempo. Son como los dos lados de un juego de subibaja, cuando uno crece, el otro necesariamente debe decrecer; para que uno suba, el otro debe bajar. Solo la fuerza de alguien espiritual, apoyada por otras generaciónes es efectiva para vencer al enemigo de toda la humanidad.

Tanto Jacob como Esau, los hermanos mellizos, claman que su poder proviene de ser hijo de Rebeca y así mutuamente se excluyen de compartir el poder que los sostiene. Salieron de la misma matriz pero el pecho no puede alimentar dos bocas al mismo tiempo. Cuando come uno, el otro espera y padece hambre, o está satisfecho pero envidioso del momento que pasa el otro.

En cada Generación se levanta Amalec

Así pues, toda época tiene a su Amalec, que se contrapone a los judíos, y se alimenta del vacío de espiritualidad de los hombres. Amalec se levanta con saña contra Israel, contra el pueblo de Dios en cada generación, es un Amalec espiritual, pues actúa con la misma maldad que sus antecesores, y obtiene su energía de la destrucción espirtual del hombre.

Amalec, como parásito espiritual que es, depende para subsistir de todas las naciones que tienen su influencia no solo  de un linaje biológico, pero son eslabones de una empedernida cadena de maldición y maldad que los identifica.

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