EL ORIGEN DIVINO DE LAS ESCRITURAS (parte 3) ” Pureza de labios”

“Para ese entonces purificaré los labios de los pueblos, para que todos invoquen el nombre de YHVH, y le sirvan de común acuerdo”.(Sofonías 3: 9)

Pureza de labios.

Los sabios y profetas como Sofonías no anhelaban los días del Mesías con la finalidad de ejercer control sobre el mundo, o de sojuzgar a las demás naciones, o de disfrutar de comida y bebida; sino por la oportunidad que ganarían de estudiar las escrituras y su sabiduría, al margen de obligaciones y de ocios, a fin de merecer el Mundo por Venir, lo que los cristianos llamamos vida Eterna. Por tanto, en esa Era no existirá el hambre o la guerra, ni la envidia o la competición, sino que la buena voluntad prevalecerá, y todas las cosas buenas serán tan abundantes como el polvo; el mundo se esforzará sólo por conocer a Dios, “pues la tierra se llenará con el conocimiento de Dios como las aguas cubren los océanos.” (Isaías 11)

Estas promesas no fueron dirigidas sólo al pueblo judío, sino que se extienden al mundo entero, como nos hace saber el profeta Sofonías (3:9) en el versículo a que aludimos al comienzo de la respuesta:“Porque entonces volveré a las naciones la pureza de labios, para que invoquen el nombre de Dios, para que le sirvan de común consentimiento.”

ZIGURATPara iniciar una separación de una nación o sociedad, una de las cosas fundamentales para realizarla es utilizar el lenguaje, creando un lenguaje propio se puede fragmentar una sociedad. Cuando en Babilonia la humanidad que hablaba  un solo lenguaje, en este caso estaba unida para hacer lo malo. Dios confundió la lenguas para deshabilitar esta unidad enfocada hacia la maldad mas absoluta. Si analizamos Sofonías 3:9 vemos que la pureza de labios tiene el propósito es para servir en común a Dios.

Actualmente hay miles de denominaciones cristianas que hacen que el cristianismo tenga una personalidad múltiple. Todos dicen ser cristianos y cada uno estar en posesión de la verdad, creando un trastorno de identidad o personalidad disociativo.

Y lo mas importante es invocar el Nombre de YAWE, ahora a Dios se le llama de muchos nombres y con títulos como Señor  pero llegara el momento que habrá un conocimiento profundo de su nombre y esto implica un conocimiento de quien es El  por medio de su nombre. Es decir un conocimiento universal sin sincretismos religiosos heredados por la cultura, tradiciones e ignorancia.

El lenguaje esta asociado a nuestro subconsciente y una pureza de labios también significa una limpieza de corazón o mejor dicho es el fruto de un corazón limpio por eso Jesús dijo:

¿También vosotros estáis aún faltos de entendimiento? ¿No entendéis que todo lo que entra en la boca va al estómago y luego se elimina? Pero lo que sale de la boca proviene del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón provienen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y calumnias.                         (Mateo 15:16 Al 19)

LA COMPRENSIÓN ESPIRITUAL DEL SALMO 119

alephtav-1El Salmo 119 fue escrito por David. Tiene 176 versículos. Están las veintidós letras del alfabeto hebreo. Es un salmo poético que pasa por todo el alfabeto hebreo en unidades de ocho versículos cada una. Veintidós veces ocho, hacen 176.

El alfabeto hebreo empieza por la letra, Alef, y termina con la letra, Tav. En Apocalipsis 22:13, Jesús dijo estas palabras según está escrito:

 

     “Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin, el primero y el último.”

El Alfa y Omega son la primera y última letras del alfabeto griego. La manera en que esto se diría en hebreo es “Yo soy Alef y Tav.”

En Génesis 1:1 está escrito:

    “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” Si examina este versículo en hebreo, encontrará que la cuarta palabra hebrea es, Alef, Tav.”

Por lo tanto, en hebreo, Génesis 1:1 dice, “En el principio (Be-reshit), Dios (Elohim) creó (bará), (Alef, Tav)…” De aquí podemos comprender que Jesús es ciertamente el Alef y el Tav, el principio y el fin.

En cada versículo del Salmo 119, David alaba a Dios por Su Torá. Como Jesús es el Alef y Tav, el principio y el fin, entonces todo el Salmo 119 está escrito acerca de Jesús. ¡¡De esto podemos comprender que Jesús es la Torá viviente!!

Hay tres cosas principales que resaltan en el Salmo 119. Son las siguientes:

  1. La lengua hebrea
  2. La Torá de Dios
  3. El número ocho

En el Salmo 119, se resalta la lengua hebrea, porque pasa por todo el alfabeto, letra por letra. Se resalta la Torá de Dios porque en cada versículo del Salmo 119, David alaba a Dios por Su Torá. Se resalta el número ocho porque el Salmo 119 pasa por todo el alfabeto hebreo en unidades de ocho versículos.

 EL SALMO 119: LA LENGUA HEBREA

Cada versículo del Salmo 119:1-8, empieza por la primera letra de la lengua hebrea, la Alef. Cada versículo en el Salmo 119:9-16, empieza por la segunda letra de la lengua hebrea, la Bet. Cada versículo en el Salmo 119:17-24, empieza por la tercera letra del alfabeto hebreo, la Guímel. Este modelo se repite por todo el alfabeto hebreo hasta el final del Salmo. Por lo tanto, el Salmo 119 resalta la lengua hebrea, la Torá y el número ocho.

LA IMPORTANCIA BÍBLICA DEL NÚMERO OCHO

¿Por qué se resalta el número ocho en el Salmo 119? Siete es el número de Dios para la perfección y plenitud. Los siete días de la creación representan 7000 años de tiempo. En el Salmo 90:4 está escrito:

        “Porque mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche.”

Por lo tanto, los siete días de la creación son un cuadro espiritual de siete mil años de tiempo. El séptimo día de la creación, el Shabat, es un cuadro espiritual de la Edad Mesiánica del Milenio.

En Levítico 23, Dios dio a su pueblo siete fiestas. Son la Pascua, los Panes sin Levadura, los primeros Frutos, Pentecostés, las Trompetas, la Expiación y los Tabernáculos. Una vez más, el siete es el número bíblico para la perfección y la plenitud. Estas siete fiestas son importantes porque revelan el plan profético de Dios. Las cuatro primeras fiestas nos revelan sobre la primera venida de Jesús. Las tres últimas lo hacen sobre la segunda venida de Jesús. Todas estas fiestas nos enseñan sobre nuestra relación personal con Dios. La séptima fiesta es la de los Tabernáculos. La fiesta de los Tabernáculos debe celebrarse durante siete días. En Levítico 23:33-34 está escrito:

            “Y habló el Señor a Moisés diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: A los quince días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos al Señor por    siete días.”

La Fiesta de los Tabernáculos no es sólo la séptima fiesta sino que tiene lugar en el séptimo mes, y debe celebrarse por siete días. En esto, Dios está resaltando la Fiesta de los Tabernáculos y el número siete. La Fiesta de los Tabernáculos es profética de los 1000 años de la Edad Mesiánica. Al final de los 1000 años de la Edad Mesiánica termina el cuadro profético de los siete días de la creación y el día séptimo de las siete fiestas. Por lo tanto, a la conclusión de los 1000 años de la Edad Mesiánica, el plan profético de Dios para la raza humana se completará y se entrará en la eternidad.

El número 8 alude a lo espiritual que habita en los ámbitos superiores. No necesariamente se contacta con nuestro mundo físico. En el caso de hacerlo, entonces nosotros lo consideramos un milagro. Esta es la razón por la que la fiesta del milagro, Janucá se celebra durante ocho días.

Sheminí Atséret (La retención en el Octavo Día)  se enmarca  siguiendo inmediatamente  a los siete días de la fiesta de los Tabernáculos  para representar el tiempo que sigue a la conclusión de la fiesta de los Tabernáculos,  la  eternidad, donde ya no hay tiempo.   En ese momento,  todos los creyentes  que fueron salvos estarán en el Reino de Dios.
Por lo tanto, el número ocho representa los nuevos cielos y la nueva tierra ( Revelación 21:1-3 ) y la eternidad.

 Vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar no existía más.
 Y vi que descendía del cielo, de Dios, la ciudad santa: Una nueva Jerusalem, dispuesta como una esposa ataviada para su esposo.
 Y oí una gran voz procedente del trono, que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y morará con ellos, y ellos serán pueblos suyos, y Dios mismo estará con ellos. (Apocalipsis 21:1 al 3).

Gráfico de la escritura Hebrea.

origen 3Equilibrio auditivo

Siempre confiamos más en nuestro oído que en nuestros ojos.

Si el vínculo entre el oído y el sentido del equilibrio es un descubrimiento médico relativamente reciente, ¿Cómo es que el antiguo idioma hebreo tiene la misma raíz lingüística de las dos palabras? ¿es la ciencia ficción o la ciencia de hechos? ¿Es el hebreo la primera lengua del ser humano?. Se escucha para transmitir, y cuando el oído falla, el pueblo camina por otro lado.

Un ejemplo muy gráfico aparece en el libro de Exodo. Allí se nos cuenta acerca de las señales de las que disponían los hijos de Israel durante su marcha por el desierto. Una nube les marcaba el sitio en el cual debían acampar y dos trompetas de plata labradas ayudaban a convocar a la comunidad a la hora de partir. (ver Exodo 9:22-10:2)

La nube era un recordatorio visual mientras que las trompetas eran un recordatorio auditivo de la presencia de Dios. De algún modo, el instinto Hebreo nunca confió en el testimonio de sus ojos. Moshé ejecutó señales, y éstas pudieron ser copiadas; sus palabras no. En el Sinaí, el énfasis no estaba tanto en lo que el pueblo veía como en lo que el pueblo escuchaba. La verdadera llave no es Ree (Mira) sino Shemá (Oye). La nube se fue, pero el sonido del Shofar queda.

Si el hombre pierde la capacidad de escuchar se queda sordo… ¡pero también se queda ciego! Allí se pierde la brújula. No por casualidad, el centro del equilibrio humano está cerca de los oídos. Y el idioma hebreo, con su habitual sabiduría, también nos enseña al respecto: La palabra ‘Equilibrio’ se dice en hebreo ‘Izun’, palabra que contiene la misma raíz lingüística que la palabra ‘Ozen’ (Oreja). Nuestro equilibrio y nuestro camino en Cristo,  reside en mantener capacidad de ejercitar el oir, transmitir y enseñar por la palabra para que oigan los demás.

LAS EDADES DE LOS 7.000 AÑOS EL PLAN DE DIOS

Cuando el Dios de Israel creó a Adán y Eva en el Huerto del Edén , Él ordenó que desde la creación de Adán y Eva al final de la Edad Mesiánica serían 7.000 años de tiempo. Antes de la creación de Adán y Eva en el Huerto del Edén  era la eternidad pasada. Después de la Edad Mesiánica ( es eternidad futura. La futura eternidad  será el retorno al paraíso de la eternidad pasada (representada por el Huerto de Edén antes del pecado de Adán). El tiempo va adelante al pasado. Lo que fue (Huerto de Edén antes del pecado de Adán) es lo que será (eternidad futura/Cielo). En Eclesiastés 1:9 está escrito:

“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada nuevo hay debajo del sol.”

El Judaísmo tradicional  entiende que los primeros 6.000 años es conocido como la edad presente/mundo). Estos primeros 6.000 años están divididos en períodos de 2.000 años de tiempo o edades. Los primeros 2.000 años desde la creación de Adán al tiempo de Abraham . Los próximos 2.000 años desde el tiempo  es conocido como el período/edad de la Torá. Los 2.000 años finales de tiempo dentro de los 6.000 años del mundo presente/edad es conocido como los días del Mesías. Los últimos 1.000 años, son conocidos como la era Mesiánica o la edad futura/que viene ). El plan redentor de 7.000 años del Dios de Israel se puede ver en el siguiente esquema.

                   2,000        4,000         6,000          7,000

                !————–!————–!————-!———————-! ETERNIDAD

                 Creación     Torá         Cristo        Era mesiánica

Despues vendria el ocho, por lo tanto, el número ocho representa los nuevos cielos y la nueva tierra y la eternidad.

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