EL ORIGEN DIVINO DE LAS ESCRITURAS (parte 1)

EL ORIGEN DE LA BIBLIA
Lrolotoraha Biblia se compone de una colección de sesenta y seis libros, escritos por aproximadamente cuarenta hombres. Sin embargo, 3.800 afirmaciones en el Antiguo Testamento sostienen firmemente que la Biblia proviene de Dios (Éxodo 19:9; 20:1; Isa. 1:10; Ezeq. 1:3). El Nuevo Testamento también afirma la inspiración divina del Antiguo Testamento, y asevera lo mismo en cuanto a sus propias escrituras (Tim.3:16; 2 Ped. 1:20, 21; 1 Tes. 2:13; Juan 16:13). Dios inspiró la Biblia, no realmente por escribirla ni dictar las palabras mismas, sino por guiar los pensamientos de los escritores para que escribiesen la verdad (Juan 14:26). Pero, ¿cómo podremos comprobar que estas pretensiones son verdaderas? Algo de la evidencia seve en lo siguiente:

UN ORIGEN RAZONABLE
Científicos modernos está de acuerdo en que nuestro universo presente tuvo un principio, porque está teniendo un fin. Las riquezas de la tierra se están agotando; el sol se va apagando poco a poco; las estrellas están desapareciendo. Entonces, ¿cuál fue el gran poder que dio al universo su principio? La primera oración de la Biblia nos da la explicación más razonable: “Dios creó los cielos y la tierra” (Gén. 1:1). Pero el ateo interroga: “¿De dónde vino Dios?” La respuesta es la misma que él tendría que dar a otra pregunta: “¿De dónde vino la materia?” Francamente, algo no pudo aparecer de la nada; por lo tanto, algosiempre existió. Los cristianos creemos la afirmación de la Biblia en cuanto a la creación del universo por Dios (Heb. 11:3).

EL UNIVERSO CON DISEÑO
¿Qué sucedería si alguien encontrara un reloj fino en el campo y exclamara: “¡Mire lo que por casualidad se creó de la materia!”? Francamente, tal conclusión sería absurda. De la misma manera, es igualmente irrazonable inferir que nuestro universo llegó a existir solamente por casualidad. La tierra y los planetas que circundan el sol forman un complicado mecanismo que tiene más utilidad, eficiencia, precisión y duración que cualquier cosa creada por el hombre. El universo funciona con tanta precisión que los días, las estaciones y la atmósfera de la tierra han permanecido inalterados a través de la historia del hombre. Aun los eclipses de luna pueden ser calculados en el minuto exacto. Por eso, tal como un reloj implica la existencia de un creador inteligente, las complejas e inteligentes delineaciones del universo denotan un arquitecto divino.

LA CREACIÓN

La Biblia revela a un mismo tiempo el orden y la manera en que apareció la vida en esta tierra. Génesis 1:1-31 demuestra que la vida apareció en el siguiente orden: las plantas, la vida del agua, las aves, los animales de la tierra, y, finalmente, el hombre. La ciencia de  ha “descubierto” que durante 500 millones de años la vida apareció en el mismo orden general como el descrito en la Biblia. La Biblia indica que la creación fue realizada en seis días (Sal. 19:1 ; Rom. 1: 18-20). Ciertamente nuestro Dios, que es omnipotente, pudo haber creado el universo en seis días de 24 horas cada uno; pudo haber hecho que la tierra tuviera la apariencia de tener millones de años de edad. Es posible que en los árboles de un solo día de edad, creados completamente crecidos, aparecieran ruedas de crecimiento que aparentaban una gran edad. Al cumplir su primer año en la tierra, quizás Adán aparentaba tener 30 años de edad, o más. Por acelerar el proceso de la naturaleza, Dios podría formar los estratos de la tierra y los fósiles con gran rapidez, formando así el carbón, el petróleo y otras formaciones subterráneas de provecho para la humanidad.

UN LIBRO UNIDO

La Biblia, aunque escrita por cerca de cuarenta hombres durante unos 1.600 años, contiene una unidad y consistencia maravillosa. El Antiguo Testamento predice aún la venida del Nuevo Testamento (Jer. 31:31;Heb. 8:6-13). Los sesenta y seis libros de la Biblia fueron escritos por reyes, profetas, pastores, labradores,pescadores, colectores de impuestos, doctores, ricos, pobres, educados e ineducados. Escribieron sobre losgrandes temas de Dios, del hombre, la moralidad, la salvación y la vida eterna. Sin embargo, sus escritos poseen una armonía que sería imposible sin la dirección unificadora de Dios.

 UN LIBRO INDESTRUCTIBLE

Jesús dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mar. 13:31). La Biblia ha sufrido más ataques que cualquier otro libro que el mundo ha conocido. Un emperador romano, Diocleciano, (301-304) años D.C.), mientras perseguía a los cristianos, hizo un esfuerzo determinado para destruir la Biblia. ¡Irónicamente su gran tumba fue usada por la iglesia para sus reuniones por más de mil años! El gran agnóstico francés Voltaire dijo en el siglo XVIII que la Biblia sería un libro olvidado en cien años. Posteriormente, la Sociedad Bíblica de Ginebra ocupó la casa de este hombre incrédulo.

PROFECIAS EXACTAS

Muchas profecías de la Biblia enfatizan la primera venida de Jesucristo. El siguiente bosquejo enumera algunas de ellas. Note que casi cada aspecto de la vida de Cristo se había predicho siglos antes de que El llegase. Por ejemplo, la profecía de Isaías 53 profetizó en el versículo tres el rechazo de Cristo; en los versículos cuatro al seis, su sacrificio por los pecados de otros; en los versículos siete y ocho, su juicio; en los versículos ocho y nueve, su muerte con los malos (los dos ladrones) y su entierro con los ricos (en la tumba de José de Arimatea); y la profecía está desarrollada en los demás versículos del capítulo. ¿Cómo pudo escribir Isaías una descripción tan bella y completa de Jesús 700 años antes de su nacimiento? Este es un solo una muestra del poder de esta evidencia del origen divino de la Biblia. Ajuntamos también el cumplimiento de estas predicciones. La traducción original es a un mas exacta a la profecía porque en hebreo pone “con el rico”.

MANUSCRITOS ANTIGUOS

Sabemos que tenemos la Biblia preservada correctamente porque tenemos manuscritos de ella que tienen más de 1.500 años escritos en el idioma original. Tres de los más famosos son: el Sinaítico, escrito cerca del año 340 después de Cristo, hoy guardado en Londres; el Vaticano, escrito cerca del año 350 después de Cristo, hoy guardado en Roma; y el Alejandrino, escrito en el siglo quinto, hoy guardado en Londres. Otros tres manuscritos del siglo quinto se llaman: el Efraini, el Beza y el Washington. También, miles de otros manuscritos antiguos y pergaminos de la Biblia en el hebreo y el griego original atestiguan la exactitud de nuestra Biblia.

El estudio del origen de la Biblia es una experiencia conmovedora. La inspiración divina se ve en su explicación razonable de la creación, en sus enseñanzas verídicas, en su unidad, en su indestructibilidad y en el cumplimiento de sus profecías. Es el mensaje inspirado de Dios, el cual ha sido preservado a travésde todas las generaciones en miles de manuscritos antiguos, en traducciones y citas.

Seiscientos Mil Testigos

profetas 3La Torá significa instrucción fue otorgada de un modo totalmente distinto al del exigido por otras religiones para sus revelaciones proféticas, En el caso de la Torá, la nación entera estuvo presente reunida especialmente para presenciar los sublimes acontecimientos que se sucederían en el monte Sinaí. Examinemos las fuentes bíblicas y veamos qué encontramos que nos pueda ayudar a definir nuestra posición. En Exodo 19: 9 leemos: “Y el Señor dijo a Moisés: he aquí Yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras Yo hablo contigo…”. En el versículo 17 está escrito: “Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios, y se pusieron a lo bajo del monte”. Y en 20:1-2: “Y habló Dios todas estas palabras diciendo: Yo soy el Señor, tu Dios” . Aún después de que la Torá fue entregada, leemos: “Todo el pueblo observaba las voces y las llamas, y el sonido del shofar, y el monte que humeaba…” (Exodo 20: 15).

“Según la tradición hebrea, los cinco libros del Pentateuco fueron escritos por Moisés, quien recibió la revelación directamente de Dios en el monte Sinaí, por lo cual se define como la “instrucción dada por Dios para su pueblo, a través de Moisés”.

 “Y sucedió que cuando Moisés terminó de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta su conclusión, Moisés ordenó a los levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR, diciendo:Tomad este libro de la ley y colocadlo junto al arca del pacto del SEÑOR vuestro Dios, para que permanezca allí como testigo contra vosotros” (Deutoronomio 31:24 al 26)

Fe, razón y revelación.

Aquí hay una visión  que ningún ser humano podría haber escrito, estuvieron parados allí, vieron la nube, presenciaron los relámpagos y truenos, oyeron el resonar del shofar y la proclama “Yo soy Dios tu Señor… “, experimentaron la Revelación en el Monte del desierto.

Los Hijos de Israel no tuvieron escrúpulos en desafiar el sacerdocio de Aarón o incluso la autoridad y misión de Moisés. Sólo hace falta recordar los reclamos de los israelitas por las ollas de carne en Egipto, y la adoración masiva del Becerro de Oro. Pero ninguno de los Israelitas cuestionó jamás el informe de Moisés de lo acaecido en el Monte Sinaí. Esta aceptación de Revelación Divina por toda una generación por entero sin duda debería impresionar al escéptico.

La razón es demostrable y finita. Somos seres físicos, y por consiguiente sujetos a los límites de la materia. Nuestras mentes pueden manipular lo dimensionable, lo finito, y hablar de lo infinito. Tiempo y espacio establecen fronteras, no solo para nuestros cuerpos sino también para nuestras mentes. No podemos concebir una situación que trascienda el tiempo, donde pasado, presente y futuro no sólo convergen sino que ni siquiera existen. “Aquí” y “Allá” son conceptos distintos; son inexistentes para el infinito. Los límites de la razón no son límites salvo para la razón. No limitan la realidad. Podamos entenderla, o no, puede ser cierta de todos modos, y nuestra incapacidad de comprenderla se debe simplemente a una falta dentro de nosotros mismos. Lo trascendente puede perfectamente existir, entendámoslo o no. Solo un engreído irracional se negará a admitir la posible existencia de todo lo que está más allá de la capacidad y experiencia humana.

La fe actúa donde la razón no puede funcionar (Atención: ello no implica que la razón es contrario a la fe). El hombre puede ahora ocuparse con algo más que lo dimensional, más de lo observable, con más de lo que experimentado y es capaz de duplicar. El “instrumento” a través del cual él puede lograrlo es la fe. Debe enfatizarse que la fe no es una apelación a lo irracional, lo contra-racional. La fe no está aislada de la razón ni es arbitraria en sus pronunciamientos o presunciones. Es parte de una continuidad que incluye el intelecto y a las emociones, y es enrolada solo cuando el intelecto demuestra ser incompetente. La razón conduce al hombre a las fronteras exteriores de la dimensión; la fe extiende el alcance del hombre a lo no dimensional. La fe está construida sobre la razón, no limitada por ésta. Cuando la razón es extendida, la fe se torna redundante. Lo que yo acepté ayer como un acto de fe, porque no podía entender, hoy lo acepto mediante la razón, porque ahora soy capaz de comprenderlo.
Revelación, el alma, el Mundo Venidero, el Mesías -éstas son algunas de las pocas instancias que requieren fe. No corren contra la razón. No cometen violencia con el intelecto, pero no tienen pruebas.

En Sinaí, Dios formalizó Su pacto con los descendientes de Abraham. El les enseñó cómo “vivir en Su presencia”, cómo convertir incluso a las transacciones comerciales de cada día en una forma de adoración, cómo hacer que el matrimonio sea un pacto con Dios. La Revelación en Sinaí, entonces, es la experiencia, la culminación de generaciones de lucha contra la tentación interna y el entorno hostil externo. La Revelación en Sinaí le habla a Israel con un alegato único y significativo. Cuando Dios pronunció los Siete Preceptos, se dirigió a toda la humanidad.

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Categorías:estudios

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