Palabras Hebreas: “Pan y materia”

¿De dónde se creó al hombre? Del polvo de la tierra. He aquí el lado material de él. Pero también le fue insuflada un alma viviente. Esta es la fuerza que le permite seguir viviendo y elevarse por sobre todas las creaciones. Sin el alma queda sólo lo material que se descompone rápidamente. En hebreo, estudiando la raíz de cada palabra podemos aprender grandes cosas.

En hebreo, la palabra pan se dice lejem haljamá significa soldadura. Estas dos palabras tienen la misma raíz: L. J. M. ¿Qué relación tienen estas dos palabras? Podemos entender que la función del lejem es “soldar” el alma al cuerpo, el pan representa el alimento básico del ser humano.

Por otro lado, ¿qué palabra puede expresar el concepto de la muerte mejor que la palabra guerra? Guerra en hebreo se dice miljamá, nuevamente la misma raíz, que en este caso, quita la soldadura.

El hombre fue puesto en la tierra para cumplir un propósito, cada uno de nosotros tiene una función. Por supuesto, la mía no es como la tuya y la del otro, no es como la de su vecino. Cada cual tiene su propia misión, sin embargo, tenemos la necesidad de interactuar ayudándonos mutuamente a elevarnos por sobre lo material.

“Y creó Dios a Adam del polvo de la tierra (en hebreo tierra se dice adama) y le insufló en su nariz un hálito de vida” (Génesis- 2:6).

Según vemos en este versículo, esta “dualidad”  lamada Adam (ser humano) está formada por dos partes, una sacada de la tierra o la materia y la otra de carácter Divino, que es la parte intangible, el alma. Si ponemos atención en el versículo, el hálito de vida es insuflado en la nariz, siendo éste el único órgano del cuerpo que introduce aire y lo expele, y esta es su única función. En el ser humano los órganos más elevados están en la cabeza, es decir arriba, y los más materiales abajo. En los animales la cabeza está en el mismo nivel que los órganos digestivos y la cola.

Vemos que en el ser humano están los dos aspectos, el primero material y el segundo, espiritual. Y esta es la combinación que le permite tener vida.

Un cuerpo muerto retiene lo material pero carece de lo espiritual, y podemos decir más aun, esta carencia de lo “espiritual” permite su descomposición para llegar nuevamente a ser polvo, como dice el versículo “porque polvo eres y al polvo volverás”.

Otra palabra usada para denotar lo material es gashmi , que viene de la palabra guesem , que en hebreo significa lluvia. La combinación de agua y polvo da jemar, que en hebreo significa barro , una pasta para modelar. El hombre es “modelado” en su aspecto físico.

¿Qué pasa entonces con su aspecto espiritual, o como dice el versículo nishmat jaim hálito de vida?. Tratemos de explicar esto con un simple ejemplo: una hoja de árbol mientras está conectada a su rama recibe los nutrientes necesarios  “respira” el aire y transforma el anhídrido carbónico en oxígeno. Si la desconectamos del árbol se seca, podemos pulverizarla. Todo tiempo que ella está conectada a su fuente de nutrición “vive”. Su conexión es directa, requiere del agua y la tierra para continuar teniendo su bajo nivel espiritual.

El hombre está desconectado de la tierra, tiene movilidad. Sin embargo la materia de su cuerpo requiere de nutrientes. Estos se “internalizan”; entran por su boca, se muelen, son tragados y el aparato digestivo los transforma introduciéndolos en la sangre para su distribución por el cuerpo. El alimento básico del hombre es el pan, que en hebreo se dice lejem.

La palabra haljama que significa soldadura tiene la misma raíz lingüística; el pan tiene como función soldar el alma con el cuerpo. Podemos también explicar esto con un ejemplo contrario: por falta de alimento se puede provocar la separación de estos dos aspectos: la muerte, es decir que nuevamente lo material se separa de lo espiritual.

Cuando Jacob pidió “lejen leejol”, pan para comer,  pidió una forma de sustento que le permitiese “soldar” su alma a su cuerpo y “vivir”.

Muchos de los problemas que vemos en las Escrituras están relacionados con el deseo por la comida mas allá de lo que pueda ser la necesidad. El alimento como un deseo puede traer problemas y ese deseo nos suelda el alma de forma que es retenida para lo mas esencial es acercarse a Dios, Nuestro trabajo es aprender a combinar lo material y lo espiritual, comer , beber lo correcto y lo necesario para el cuerpo evitándonos problemas de salud física y Espiritual. Por eso Jesus fue tentado en el desierto con alimentos pero dijo:

Entonces el diablo le dijo: Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Jesús le respondió: Escrito está: “NO SOLO DE PAN VIVIRA EL HOMBRE.” (Lucas 4:3  y 4)

El estaba ayunando para asi desoldar el Alma del cuerpo, lo material y poder acercarse mas  a lo espiritual

Dios deseó que nosotros refináramos y eleváramos la existencia material; que la realidad física, cuya condición concreta y centralismo en sí misma oscurece nuestra visión interior y deforma nuestras auténticas prioridades, sea reencaminada como una fuerza positiva en nuestras vidas; que traigamos a luz la bondad y perfección inherente en toda Su creación, incluyendo, especialmente, la “más inferior” de Sus obras, el mundo material. La palabra hebrea para “burro” es jamor, de la palabra jómer, “materia”. El burro del Mesías es la bestia material alistada, lo físico encaminado a fines superiores y más excelsos.

Pero la misión de la humanidad de elevar lo material implica un proceso largo y de involución,  un esfuerzo histórico en el que cada generación construye sobre los logros de sus predecesores. Pues lo físico y lo espiritual están a mundos de distancia; de hecho, la naturaleza misma de la Creación de Dios es tal que un extenso golfo divide a ambos, convirtiéndolos en antagonistas naturales. Por naturaleza, casi por definición, la persona dedicada a procuras espirituales evade lo material, mientras que la vida material hace más burda al alma de la persona y embota su sensibilidad espiritual.

 

 

 



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