La Entropía ¿un proceso reversible?.

“Por tanto no desfallecemos, antes bien, aunque nuestro hombre exterior va decayendo, sin embargo nuestro hombre interior se renueva de día en día.
Pues esta aflicción leve y pasajera nos produce un eterno peso de gloria que sobrepasa toda comparación,  al no poner nuestra vista en las cosas que se ven, sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.”(.2Corintios 4:16 al 18).

La tendencia es que nuestro hombre exterior es que se “desgasta” inexorablemente a lo largo del tiempo, el cuerpo está muriendo por falta de oxígeno, pero nosotros le proporcionamos constantemente oxígeno para que siga funcionando. El cuerpo se está desintegrando, pero nosotros reemplazamos las células muertas cada vez que comemos. El cuerpo es atraido hacia la tierra por la fuerza de gravedad, pero nosotros lo forzamos a pararse y a sentarse derecho. Constantemente estamos suministrando vida a lo que llamamos “cuerpo”. Pero de todas formas la tendencia es desaparecer dentro de un deterioro irreversible, el estado normativo de los seres vivos es la muerte.

El segundo principio de la termodinámica dice que “La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse en el tiempo”, es decir, el universo se mueve constantemente hacia mayores estados de desorden. En base a este principio obviamente es imposible entender el Big Bang y la evolución sin una intervención Divina, pero ese no es mi tema en esta ocasión.

“En términos simples, esta ley de la entropía establece que si dejamos un objeto de lado y no intervenimos, este objeto se desintegrará, se deshará y finalmente desaparecerá. La existencia sólo se mantiene si existe una fuerza que la soporte”.

Si nosotros tiramos un vaso al suelo y se rompe se convierte en varios trozos y si cogemos los trozos, los volvemos a  echar nunca podremos volver el vaso a su estado original. Pero ese es el proceso que hace Dios en nosotros por medio de la redención una vez vencido el proceso entropico que es la muerte. Por eso la resurrección no es  un proceso por el cual nos convertimos en seres fantasmales o ectoplasmas de una sustancia luminosa y densa. La resurrección es de cuerpo y alma es la restauración total al estado original que teníamos en el Eden cuando fuimos creados por Dios y todo despues de haber vencido a muerte por medio de Cristo

Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies.
Y el último enemigo que será abolido es la muerte. (1Co 15:25 y 26)

Al buscar las cosas Eternas y no temporales nos acercamos a la eternidad donde la entropía no tiene lugar, ni efecto. Cuando Pablo dice “peso de Gloria” esta haciendo un juego de palabras muy interesante “kaved  kevod”  dos palabras en hebreo que tienen la misma raiz y es que la Gloria “kavod”  cuando nos acercamos a ella es densa y pesada “Kaved” pero produce en nosotros algo que no tiene comparación con nada de este mundo y regenera nuestro ser.

Al igual que la vida física es una elección, la vida espiritual también lo es. Si la dejamos de lado, tenderemos a un estado entropico sin remedio. Si no eliges activamente estar vivo, despierto, poner la mirad en las cosas de arriba y comprometido con la vida, entonces caminarás como un zombi por este mundo.

 



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